jueves, 16 de julio de 2015

Donde nace o como aparece el Sistema Topocéntrico Ascennsional? Wendel Polich (escrito a veces Vendel) fue un astrólogo nacido en Hungría en Ruski Krstur el 26 de abril de 1892 con el signo de Piscis ascendiendo. Habiendo considerando seriamente la carrera sacerdotal, completó sus estudios de Matemáticas en Budapest y dictó clases, pero la anexión a Yugoslavia lo llevó a inmigrar a la Argentina en 1924, donde se instaló en Quilmes (Provincia de Buenos Aires) y logró asentarse en la actividad industrial. En 1934 comenzó a estudiar astrología y en 1942 conoció en Buenos Aires a Anthony Nelson Page, con quien conformaron un equipo sin igual de personalidades muy disímiles que compartían la pasión por la voluntad de alcanzar certezas basales a través de la investigación, que llevaron adelante juntos en forma tan creativa como empecinada hasta el fallecimiento de Page en Buenos Aires el 1º de marzo de 1970, luego del cual Polich continuó por su parte profundizando y dando a conocer esas investigaciones hasta su propio fallecimiento el 27 de noviembre de 1979.
 
Por su parte, Anthony Nelson Page (Tony para sus amigos) había nacido en Londres el 25 de febrero de 1919 con fines de Géminis ascendiendo. Venido de pequeño a Buenos Aires con sus padres inmigrantes, hizo carrera dentro de una compañía de seguros inglesa y mientras perseguía sus búsquedas espirituales y esotéricas en la arcana Buenos Aires de los 40, conoció muy joven a Wendel Polich y así comenzó su tan fértil colaboración.
 
 
Wendel Polich y Anthony Nelson Page en la década del 60
Según ellos mismos y el testimonio actual de sus allegados, llegaron a la propuesta del sistema (que en muchos programas de computación y siguiendo la tradición, no aparece con el nombre Topocéntrico sino con el de sus autores Polich-Page) no a través de una feliz especulación intelectual, sino por los resultados de su investigación experimental. Buscando determinar de una vez por todas el correcto sistema de Casas, decidieron testear a cada uno de ellos con una carta de la cual se sabía la hora con total seguridad y que se correspondía con una persona que había realizado varios viajes importantes. Así, con una técnica predictiva que era considerada muy precisa por una larga tradición (las direcciones primarias no eclípticas usando como clave anual el movimiento diario del Sol medio sobre el Ecuador) y que era muy dependiente del sistema de Casas que se considerara, calcularon el lugar preciso en el que según los aspectos afines hubiera debido estar en cada caso la cúspide de la Casa IX (y de hecho, todo el plano de sección de la Casa en cada sistema), y de esa manera descartar el método de división de Casas que no diera resultados satisfactorios en términos de exactitud.

Cuando comprobaron azorados que ningún sistema funcionaba como esperaban y que, lo más extraño, el plano ideal de sección no formaba una curva (como debía suceder en la esfera), sino una recta, debieron volver a fojas cero y repensar los datos que tenían entre manos, ya que los resultados eran replicados una y otra vez cuando probaron con otros casos de hora segura y con otras cúspides y eventos. Así, en un alarde de imaginación creativa e intuición receptiva guiadas por la lógica matemática, se dieron cuenta de que el problema en los datos radicaba en que se los estaba calculando para el centro de la esfera celeste, cuyos movimientos a nuestro alrededor son surgidos desde luego del movimiento de la Tierra, pero de la  cual el centro estaría en el centro de la Tierra, mientras que nosotros por supuesto no estamos allí, sino en su superficie. De modo que nosotros registramos el ascender, culminar y descender de los astros en torno nuestro no desde un "geocentro" (centro de la Tierra) sino desde un "topocentro" (topos en griego significa "lugar"), alrededor del cual vemos moverse puntos del cielo que en rigor lo están haciendo de hecho alrededor del eje terrestre. Por lo que por lo tanto nosotros seríamos los vértices de un cono alrededor del cual se mueven durante el día todos los puntos celestes, tal como los percibimos en su marcha de ascensión.
De esta manera se explicaba satisfactoriamente la recta que había surgido de los planos de Casa de sus experimentos y que no respondían a la idea original de una curva en la esfera, porque de hecho era la sección longitudinal de ese cono ascensional. Cuya su base, al ser dividida en doce partes iguales, generaba planos de Casas que cuando incidían sobre la eclíptica por fin coincidían con las posiciones a las que ellos habían llegado en sus investigaciones empíricas. Además el Sistema, al sustentarse en la división de esa base del cono (y así, de todos sus círculos menores paralelos), aunaba en una única instancia conceptual los tres sistemas de Casas que ellos consideraban más razonables desde una perspectiva científica: el de Campanus, con su correcta división del espacio (que ahora ya no es esférico sino, en su despliegue en el tiempo, cónico), el de Regiomontanus, con su correcta división de los círculos de movimiento diurno de los planetas (los infinitos círculos paralelos a la base del cono) y el de Plácidus, con su correcta división de los tiempos de ascensión (ahora medidos en aquel cono al cual determinan). Una admirable síntesis que llevaba a tener que abandonar la cómoda pero rígida y artificial noción de la esfera, tan naturalizada, para abrazar otra más cercana a la verdad descriptiva de la ciencia, que es la del cono topocéntrico de ascensión.

El sistema cobró su forma definitiva de modo sincronístico con el nacimiento del Caba, que se convirtió en un espacio en donde conversar y referir estos asuntos que despertaban tanto entusiasmo. Algo había sido publicado en inglés en 1960, pero para la segunda mitad de 1963 Eloy Dumón ya había establecido fuertes vínculos epistolares con centros extranjeros, y así la importantísima revista inglesa The Astrological Journal publicó un artículo introductorio a estos hallazgos intitulado "Brief Outline of the Topocentric System of Houses", escrito por ambos investigadores, y luego en la segunda mitad de 1964, la igualmente importante revista siderealista Spica, un artículo con título "The Topocentric System of Houses", al que le siguieron algunos más, suscitando críticas y elogios que llevaron al debate público propio de todo proceso de persecución de la verdad. La primera publicación en castellano sobre el tema en 1967 en la revista Astrología número 29 del Caba, traducción al español del primer artículo mencionado, y llevó inmediatamente al Sistema Topocéntrico al conocimiento público en todo el mundo hispanoparlante. Dumón les publicaría luego varios artículos en español en la revista y, en 1970, las Tablas de Ascensión Recta Eclíptica con Manual de Direcciones Primarias, que en sus explicaciones sobre esasa direcciones se extiende en gran medida sobre el Sistema Topocéntrico en sí, constituyéndose de ese modo en el primer libro en español sobre la cuestión, que luego sería continuado por El Sistema Topocéntrico, de Polich, publicado por Dumón con su editorial Regulus en inglés en 1975 y en su versión castellana en 1976. Al año siguiente el australiano Geoffrey Dean le dedicó gran espacio en su monumental Recent Advances in Natal Astrology, con un enfoque crítico académico de opiniones contrapuestas favorables y hostiles al sistema, mientras que el hito más definitivo en el mundo de habla hispana probablemente haya sido la publicación de Dumón en 1982 de las Tablas de Casas Topocéntricas para el Hemisferio Sur, que lo difundieron de un modo pragmático como herramienta cotidiana de uso en todo el orbe, ya que eran las primeras tablas importantes editadas para este hemisferio y al mismo tiempo las primeras existentes en castellano.

En la década del 70, la agrupación esotérica Gran Fraternidad Universal (GFU), creada por Serge Raynauld de la Ferriere con sede en Caracas, se interesó vivamente en el sistema e invitó a Polich a realizar una visita. Al adoptarla como propia, fueron también un importante foco de difusión de esta visión astrológica en Latinoamérica, a través de sus sucursales en el área. Mientras que en Inglaterra tuvo vehementes adhesiones por parte de astrólogos tan reconocidos como Charles Harvey, Geoffrey Cornelius, Margaret Millard, Chester Kemp y David Bennett, así como del influyente Dymock Brose en Australia y Gerhard Houwing, el ingeniero que había participado en el Caba de los entusiasmos iniciales sobre el Sistema, hacía una difusión militante en los Estados Unidos, donde estaba muy conectado con figuras clave de la astrología con aspiraciones académicas. Pero quizás haya sido Alexander Marr, el reconocido astrólogo alemán que editaba artículos y libros en medios de habla inglesa, quien más haya ayudado a hacer conocer el sistema, dado que que mostró infinidad de comprobaciones de sus bases y postulados, añadiéndole algunos hallazgos personales surgidos en su acercamiento a la astrología siderealista y una elegante simplificación siempre bienvenida de los cálculos trigonométricos. Y quizás más importante, porque con esas técnicas predijo durante décadas con total acierto el resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, tema no menor a la hora de atraer sobre sí la atención de la gente. Sobre él me extenderé cuando me refiera a sus dos históricas visitas al Caba en la década del 80.
El sistema que suscitó tanto interés a nivel internacional y que fue ampliamente difundido en los países de habla hispana por el Centro Astrológico de Buenos Aires y el trabajo editorial de Eloy Dumón, se extendió a muchas otras aplicaciones que fueron más allá de las meras casas astrológicas y que incluyen, entre otras, los tránsitos ascensionales (tránsitos "instantáneos", del momento, sobre el cono de ascensión), las coincidencias en Sinastría y astrología predictiva de las DMO (distancias meridianas oblicuas medidas sobre el cono) y el trabajo con la carta ascensional, a la cual hemos aludido al analizar la del Caba. El conjunto de las mismas, más otras derivaciones, generó una corriente llamada Topocentrismo que tuvo un fuerte impacto en la astrología de los países de América Latina, que es donde sigue teniendo su mayor fuerza y desarrollo. Selma Polich, hija de Wendel y considerada un miembro fundamental del Caba, continuó trabajando en esa misma línea, especializándose luego en la investigación estadística, así como Alejandra Eusebi, la hija de Selma, que continúa un linaje de excelencia astrológica y que se dedica tanto a la investigación como a la enseñanza (en la foto, Wendel Polich con Alejandra de pequeña).

Es difícil elegir un momento de entre todos los mencionados para analizarlo astrológicamente, si hablamos de eventos fundamentales. La edición del primer artículo en Londres en 1963 coincidiría con cierto orbe de meses con el simbolismo ya tratado que acompañó al ingreso de Eloy al Caba, pero no era un asunto estrictamente de la institución. Si de ciencia de los inicios se trata, el primer vínculo concreto materializado en un hecho público involucrando a la misma fue la primera publicación de ese mismo artículo en castellano en 1967 en la revista Astrología. El Sol dirigido por simbólicas hacía entonces un trígono al Mediocielo y al Plutón en Virgo en Casa X, mientras el Ascendente Sagitario dirigido le hacía un trígono al Sol en Aries y Mercurio también desde Aries trígono tanto al Ascendente como a Urano en la Casa IX, a la par que Saturno hacía conjunción al Júpiter en Acuario: todos los elementos que habíamos identificado con el costado científico de la carta del Caba se ponen en juego de un modo poderoso, exacto (grado de orbe) y armónico, reflejando la importancia positiva que tuvo para la institución. También Mercurio progresado hacía trígono al Ascendente natal, y la Luna progresada estaba pasando por el Mediocielo natal, mostrando fama y divulgación, en el sentido más literal de la palabra. Por su parte, Urano en la revolución solar precesional está angular, opuesto al Mediocielo, mientras que por esos meses Júpiter, regente del Ascendente natal, en su dinámico tránsito sin retrogradaciones pasa velozmente por la cúspide de la Casa IX de las publicaciones, el extranjero y el conocimiento superior, por el Urano allí ubicado que simboliza a la astrología, a la ciencia y a los descubrimientos, y finalmente por el Mediocielo, con su simbolismo de reconocimiento y encumbramiento (el regente de I llegando a su máxima culminación).

El fallecimiento de Page en 1970 y mucho más el de Polich en 1979 implicaron una cierta interrupción del topocentrismo en el Caba y en la Argentina en general. Quizás por las exigentes competencias matemáticas que requiere, el sistema no solo no fue ahondado y llevado más allá de la propuesta de sus autores, sino que en su práctica concreta casi pareciera no tener más cultores, pese a que las herramientas informáticas actuales facilitan mucho las cosas. Ojalá en el futuro logren cambiar la situación, pero ésta viene de lejos: cuando en 1987 me interesé vivamente en el sistema, no lograba que nadie supiera explicarme nada (excepto quizás Roberto Martori algunos detalles), y me estoy refiriendo a apenas ocho años del fallecimiento de su principal autor y a seis de las tablas de casas. Me las arreglé por mi cuenta, al igual que años después Silvina Simonovich, que como ingeniera se sentía más a sus anchas con la trigonometría esférica involucrada. Recuerdo cómo cada tanto yo importunaba a Eloy como un moscardón fastidioso con que debíamos hacer algo con el Topocéntrico, que era parte de la vida del Caba, que teníamos una responsabilidad histórica, etc., mientras me escuchaba impertérrito con su porte de prócer, seguramente sabedor, como yo mismo ahora, de que no se puede editar y difundir algo así como así cuando no hay una autoridad intelectual viva que lo pueda respaldar adecuadamente, en caso de ser necesario. Si la astrología sigue en pie con alguna mínima decencia, sé que en un futuro no muy lejano sucederá, aunque no haya podido ser yo la persona que hiciera lo necesario al respecto.

Claro que hay otro investigador en el campo de la astrología que poco se menciona de forma seria y se trata de Germán Rosas, pero aqui publico una prueba de ello, porque yo estudie con Germán un buen tiempo, cuando todavía vivia en Cordero, estado Táchira, leamos...

Carta de Prof. W. Polich al Prof. G. Rosas: para quienes les agrada los procesos de la investigación en astrología

 
Una de las Cartas de la Correspondencia que envió Wendel Polich a Germán Rosas en el año 1978.
 
información: sistemagr@yahoo.com                                                                                
Wendel Polich (wikipedia) - Germán Rosas
 
NOTA: 
es una carta manuscrita enviada por el Prof. Wendel Polich desde Quilmes, Argentina al Prof. German Rosas (Cordero, Venezuela) con motivo de la publicación del libro titulado: "Técnica de Interpretación Astrológica" del Prof. Rosas, en 1976.
Era 1978 cuando el Prof. Rosas recibió esa carta, y estaba dedicado al estudio del tema de las tolerancias de los vectores (orbes de los aspectos) y las leyes de los sucesos y de la predicción. 
OM

Por ahora los cursos sobre astrología de este nivel y calibre de presición lo estoy danto en el Ashram Nº1 de Maracay, más específicamente en el Limón.

Mis Celulares son: 0412 6248875 y 0416 6248875

Juan Boñón

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